lunes, 22 de septiembre de 2014

UN RINCÓN DEDICADO A LA CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA

El legado de Felix Rodríguez de la Fuente parece infinito y sigue dando sus frutos…esta vez en San Juan del Rebollar, un pueblecito alistano situado a medio camino entre las localidades de Alcañices y San Vitero (“capital” de la ternera de Aliste y famosa por su archiconocida Exposición Monográfica de la Raza Asnal Zamorano-Leonesa celebrada desde el año 2000).

En San Juan del Rebollar -recordemos que en Aliste un rebollo no es un roble melojo (Quercus pyrenaica sino una piedra - un vecino llamado José María y conocido como “Tribu” ha elaborado su particular y personal parque de naturaleza. Recientemente, la visita por sorpresa preparada por unos buenos amigos (José Ángel y Ana) nos hizo acabar en la conocida como “Finca protección de la naturaleza”. Y por su puesto la visita mereció la pena sobradamente por dos motivos: conocer al autor de esta iniciativa (un forofo de Félix, con enorme sensibilidad ambiental  y sobre todo amante de la fauna en general) y por visitar un lugar tan especial.

Vista general (foto: aliste.info)
Lince Ibérico (foto: aliste.info)
Situado en una finca de su propiedad, son muchos los animales que componen la particular colección de la fauna ibérica. Todos ellos están elaborados con materiales metálicos y pintados con un estilo del todo singular, dando forma a una excelente exposición al aire libre. El lobo, el zorro, el tejón, el ciervo rojo, el corzo y la cabra montesa, el buitre leonado, el alimoche, el águila real, la garza real, las cigüeñas blanca y negra, el sisón, la avutarda, el alcaraván, las urracas o los alcaudones son algunos de los numerosos integrantes de la fauna zamorana presentes en este museo al aire libre. También están presentes taxones de otras zonas, como el quebrantahuesos o el lince ibérico. Uno de los últimos animales incluidos en esta exposición es un oso pardo, que ya ha sido detectado en algunos puntos en el norte de la provincia.

Oso Pardo.
Tejón (foto: aliste.info)
Algunas aves de la colección.
Tribu es además un amante de las aves y de hecho son decenas las cajas que el mismo ha elaborado para dar refugio invernal y ofrecer un lugar de nidificación a numerosas especies. De hecho la finca está repleta de cajas para aves insectívoras, para pequeñas rapaces como el cernícalo vulgar o para la lechuza común (una especie por cierto, con un declive importantísimo y a la que es necesario ayudar). Esta pasada temporada han sido numerosas las especies nidificantes: cernícalo vulgar, gorrión molinero, carbonero común, torcecuello o trepador azul. También existen dos plataformas para favorecer la nidificación de la cigüeña blanca, pero de momento no han sido ocupadas. Además existen varias cajas destinadas a la hibernación y reproducción de los murciélagos.

Interior de la finca (foto: aliste.info)
La vegetación de la finca es mantenida a raya por un grupito de ovejas castellanas que con sus incisivos limitan el mantenimiento de la maleza; una buena alternativa al uso de herbicidas. Además un palomar central protege y alimenta a numerosas palomas domesticas que se reproducen con frecuencia. Esta pequeña construcción es cerrada durante las horas nocturnas para evitar el acceso de garduñas y comadrejas; otra buena solución –no letal- para hacer compatible la crianza de palomas, con la presencia de depredadores.

Un pequeño museo de aperos tradicionales, una fuente y una caseta –a modo de museo de historia natural-con decenas de fotografías de fauna (y de Félix por su puesto) complementan la visita a la “Finca protección de la naturaleza”.

Cigüeña negra (foto: aliste.info)
Para terminar, os invitamos a que visitéis esta iniciativa (es gratuita) o que llevéis a vuestros hijos y amigos. Os dejamos con un link donde podéis conocer de primera mano algunos detalles de esta importante contribución al conocimiento del medio natural. ¡¡Enhorabuena Tribu!! ¡¡Gracias por tu contribución a la conservación!!


miércoles, 3 de septiembre de 2014

¿SON TAN “MALOS” COMO LOS PINTAN?

Los humanos solemos utilizar una sencilla pero a la vez interesada clasificación para nuestra ya maltrecha fauna: los animales “buenos” y los animales “malos”. Estos últimos, se incluyen en ese bando porque suelen afectar de una u otra forma a las economías agrarias o porqué, a pesar de ser del todo inofensivos, soportan aún viejas leyendas.

Con esta nueva entrada de blog se pretende aumentar el nivel de conocimiento de algunas de estas especies. Sin conocer es imposible respetar y tampoco conservar.

TOPILLO CAMPESINO (Microtus arvalis).
Para muchos el topillo es sinónimo de plaga bíblica. La aparición de esta especie en nuestros campos no es nueva y tampoco se debe a una suelta por los ecologistas para alimentar a rapaces y culebras. Si hasta hace tres décadas esta especie se distribuía por las montañas cantábricas, poco a poco y de forma natural, el topillo ha colonizado la Meseta Norte, aprovechando los cada vez más abundantes regadíos que tanto se asemejan a los frescos pastizales cántabros.

Cuando esta especie encuentra condiciones favorables (pocas heladas invernales y abundante alimento primaveral), las aprovecha para reproducirse intensamente, generando explosiones poblacionales (las denominadas plagas); las hembras pueden reproducirse al mes de edad y tras 22 días de gestación suelen parir hasta diez crías. Cuando las densidades son altas, las plagas se auto-reducen como consecuencia de los parásitos, enfermedades, desnutrición, las bajas temperaturas y los depredadores. Las plagas son cíclicas y ocurren cada tres o cuatro años.

Frente a este fenómeno, que según algunos investigadores se repetirá en adelante con más frecuencia por la suavidad de los inviernos (como resultado del Cambio Climático), ¿cómo podemos evitar los daños en los cultivos? Pues debemos buscar una solución preventiva, mixta y sensata para controlar a este animal: rotar los cultivos para que la plaga sea menos efectiva, eliminar sus reservorios (laboreo en profundidad de baldíos) y dejar que la naturaleza utilice sus poderosos raticidas: culebras, zorros, lobos, cigüeñas, comadrejas y aves rapaces.

GRAJILLA (Corvus monedula).
Uno de las creencias más arraigadas entre las gentes del campo, es que los “grajos” (aves negras de la familia de los córvidos y con voz garrula) son pájaros de mal agüero, símbolos de nada bueno... Nada más lejos de la realidad.

Una de estas aves es la grajilla, un ave emparentada con cuervos, urracas y cornejas, del tamaño de una paloma y que vive en colonias numerosas. Sobre su color negro, destaca el bello cogote grisáceo y su ojo blanco grisáceo que la hacen inconfundible.

Se alimenta de granos de plantas cultivadas y de frutos (motivo por el que en ocasiones es perseguida); consume lombrices y también ratoncillos, hormigas, numerosos escarabajos, saltamontes y caracoles, por lo que por otro lado, favorece enormemente al campesino.

Su nido es defendido con fiereza por la pareja, que en caso grave, es ayudada por todos los individuos de la colonia. Para su construcción usa ramitas y para forrarlo emplea lana, pelos o crines que arranca al ganado y que de paso desparasita, despojándoles de numerosas garrapatas.

Presente en gran parte de España, la rehabilitación de numerosos edificios antiguos no favorece a esta especie, que en ocasiones pierde los lugares de cría al taparse grietas y oquedades. Los numerosos insecticidas que se emplean en el campo han hecho desaparecer colonias enteras, pues se ha reducido su alimento.

La “milana” que Azarías cuidaba en los Santos Inocentes era una grajilla, un pájaro inteligente que es sensible a muchos de los cambios derivados de la acción humana y que debe seguir dando color y sonido al cielo de nuestros pueblos.

CULEBRA DE ESCALERA (Elaphe scalaris).
La culebra de escalera debe su nombre al dibujo de su cuerpo, en forma de escalera (con sus largueros y peldaños) que los individuos jóvenes emplean para camuflarse. Los adultos, presentan un dibujo inconfundible con dos líneas dorsales oscuras (escalera sin peldaños) diseñadas para confundir al depredador sobre el sentido de la huida cuando escapan. Puede llegar a medir 1,5 metros y no es venenosa para el hombre; si es hostigada puede morder (poco más que un pellizco). En nuestra comarca usan zonas arboladas y también zonas cerealistas cuando existe algún bosquete o linde que las proteja.

Muchos lectores pensarán porqué es importante conservar a la culebra de escalera. Una razón es que el 75% de su población mundial está en España (y el resto en Portugal, Francia e Italia) por lo que somos responsables de su conservación; además es la segunda presa más importante para el águila culebrera y es un aliado del campesino, actuando como raticida gratuito y natural (el 75% de su dieta son pequeños roedores).

Las carreteras son muy peligrosas para esta especie; en primavera cuando no han alcanzado aún la temperatura deseada (son animales de “sangre fría”), buscan el calor emitido por el asfalto y mueren atropelladas.

Si encuentras una culebra en tu jardín, recuerda su importancia y ten un poco de paciencia: con ayuda de un palo y un saco devuélvela al campo, a un lugar con maleza, donde pueda refugiarse y recuperarse del susto ¡sin duda una buena acción por la naturaleza!.

SAPO COMÚN (Bufo bufo).
El sapo común es el anfibio (vertebrado de vida mixta en tierra y en agua) anuro (sin cola cuando es adulto) de mayor tamaño de nuestro país; alcanza los 20 cm. desde el hocico al ano. Su cuerpo es rechoncho, verrugoso y muy robusto, pardo, amarillento, rojizo o grisáceo. Los ojos son de color rojizo con la pupila horizontal. Su temperatura interior varia frecuentemente, siendo igual a la del entorno más cercano.

Durante la reproducción el macho -de menor tamaño y con fuertes antebrazos-, se sujeta a la hembra en un fuerte abrazo (el llamado amplexus) durante el cual fecunda los huevos producidos por esta; estos se disponen en cordones gelatinosos y se depositan en el agua. Los renacuajos (oscuros y pequeños en esta especie) respiran por branquias, repliegues muy irrigados que toman el oxígeno del agua. Los adultos respiran por pulmones y a través de la piel.

El sapo común es muy beneficioso pues captura cientos de insectos proyectando rápidamente su lengua retráctil. Numerosos individuos mueren atropellados en algunas carreteras, sobre todo cercanas a lagunas o charcas y en determinados momentos, coincidiendo por ejemplo con la época de reproducción o con tormentas, cuando están más activos; reducir la velocidad de nuestro coche es una buena medida para no atropellar ejemplares.

Todavía hay sapos que mueren acusados de ser venenosos, de escupir y cegar, de producir caída del pelo, volverlo rubio o envenenar las fuentes. Es inofensivo para las personas, aunque puede segregar bufonina por la piel para evitar ser devorados por algunos animales (produciendo un ligero escozor en caso de llegar a nuestros ojos o boca).